Extracto del Prologo de la Teología Sistemática de Lewis Sperry Chafer.
El
gran teólogo dispensacionalista Lewis Sperry Chafer, profesor y fundador del Dallas Theological Seminary
(Originalmente llamado: Evangelical Theological College), escribió
un prologo en su magnum opus en el cual indica “Que todo estudiante debe leer”.
Yo
he realizado un extracto de ese prologo enfatizando la importancia del estudio que
los predicadores y ministros del evangelio deben dedicar a la Teología Sistemática,
entendiendo por Teología Sistemática la base ordenada de las más importantes doctrinas
cristianas.
Extracto:
La
Teología Sistemática, la más grande de todas las ciencias, atraviesa días
críticos. Entre el rechazo y la ridiculización de ésta por aquellos que se
autodenominan progresistas y la negligencia y la condenación de ésta por los
ortodoxos, la Teología Sistemática, como influencia potente, se está acercando
al punto de extinción. Es un hecho significativo que de más de dos veintenas de
obras acreditadas y notables sobre Teología Sistemática que han sido producida
en este y otros países, una porción muy pequeña permanece aún impresa y la
demanda de éstos trabajos es ínfima. El énfasis invariable de las escrituras
sobre la doctrina, asunto a que el Nuevo Testamento se refiere más de 400 veces,
y al cual el cristiano debe prestar atención (1 Ti.1:3; 4:6; Ti.3:10, 16; 4:2,
3), permanece como una censura en silencio, ya sea oída o no, contra todas las
nociones modernas que restan importancia a la teología dogmática y también se
presenta como un correctivo a aquellos que muestran abandono hacia alguna
porción de ésta.
No
constituye secreto que el ministro promedio no ésta leyendo Teología
Sistemática ni tampoco dichos escritos ocupan un lugar prominente en su
biblioteca. Esta condición hubiese sido extremadamente sorprendente a ministros
de dos generaciones atrás – hombres cuya posición era respetada entonces debido
al profundo conocimiento que tenían de las doctrinas de la Biblia y cuyas
predicaciones y escritos han ido muy lejos, en el engrandecimiento y
edificación de la iglesia de Cristo.
La
situación presente no es un momento pasajero. El mismo efecto que tendría para
un médico el desechar sus libros de anatomía y terapéutica lo tiene para el
predicador el descartar sus libros de Teología Sistemática; y ya que la
doctrina es la estructura del cuerpo de la verdad revelada, el abandono de ésta
traerá por resultado un mensaje caracterizado por incertidumbre, inexactitudes
e inmadurez. ¿Cuál es el campo específico de conocimiento que distingue la profesión
ministerial sino el conocimiento de la Biblia y sus doctrinas? Al predicador le
ha sido dada una responsabilidad de extrema importancia. Hombres de otras
profesiones son incansables en sus esfuerzos por descubrir las verdades y perfeccionarse
a sí mismo en el uso de las fuerzas correspondientes a sus varias vocaciones,
aunque esto sea en el limitado campo de las cosas materiales. El predicador ha
sido llamado a trabajar con las cosas de Dios, lo sobrenatural y lo eterno. Su
servicio es diferente a todos los otros –diferente en cuanto a metas, diferente
en cuanto a fuerzas disponibles, y por necesidad, diferente en cuanto a la
preparación adecuada. La biblioteca de muchos ministros no incluye ni siquiera un
sólo trabajo de teología, pero un médico seguramente poseerá un digno trabajo
sobre anatomía. Una manera moderna de pensar es la tendencia a tratar
irrespetuosamente todo asunto doctrinal.
…
El predicador ha sido llamado “a predicar la Palabra”. A ser “apto para
enseñar”, a ser uno que se aparta de “las tradiciones de los hombres,” y ser
uno que divide bien la Palabra de verdad. Ya que el obtener el conocimiento de
la Palabra de Dios es una tarea de toda la vida, ningún seminario, no importa
que tan fiel sea su propósito, puede esperar el hacer más que el dar al
estudiante una introducción de todo el texto de la Biblia, un método y hábito
de estudio incansable del mismo Texto Sagrado.
…
Aunque es cierto que la Biblia es la fuente del material que entra dentro de la
teología sistemática, también es verdad que la función de la teología
sistemática es explicar la Biblia. En su estado natural, el oro es
frecuentemente pasado por alto por aquellos que no tienen ojos para
distinguirlo. De igual manera los tesoros de la verdad divina son observados
solamente por aquellos que han sido entrenados para reconocerlos. En sus años
de entrenamiento, el estudiante de teología debe ser llevado a través del campo
completo de la doctrina para que pueda estar preparado para continuar su
investigación en toda porción de la Biblia a través de su ministerio, estando
preparado para proseguir inteligentemente en cada fase de la revelación divina.
Sin esa completa introducción a la doctrina ningún predicador será capaz de
sostener la verdad en sus proporciones correctas, ni tampoco podría asegurarse
que él o su congregación no caerán en los errores de cultos anti-bíblicos, o en
la incredulidad modernista. Después de cubrir de una manera general el campo
completo de su profesión, el médico o el abogado pueden servir al público como
especialistas en algún aspecto particular de esa profesión; pero el teólogo no
debe especializarse en ningún departamento de la verdad. Aquellos que se ocupan
en popularizar nuevas doctrinas han causado daños inestimables en la iglesia, y
la única manera de evitar ese peligro, o la de obtener predicadores que no sean
“lanzados de un lado a otro por todo viento de doctrina” es el proveer la
disciplina requerida en la teología sistemática que incorpora una completa
consideración bajo la dirección de un maestro competente de los aspectos
esenciales de cada doctrina y con el reconocimiento apropiado de la relación de
las doctrinas entre sí.
…
la iglesia tiene una deuda inestimable a los grandes teólogos por el trabajo
que ellos han hecho.
*[Tomado
del prologo de la Teología Sistemática de Lewis Sperry Chafer. Tomo 1, Año 2009
Editorial CLIE Barcelona, España]
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